Yo gane una campaña en Change.org


En el año 2016, me embarqué en una de las experiencias más intensas y transformadoras de mi vida: la lucha por el nombre de mi hijo. Quería que se llamara Lobo Javierre, un nombre que no solo tenía un significado especial para mí, sino que también representaba la fuerza y la autenticidad que deseaba que él llevara consigo. Lo que comenzó como un deseo personal se convirtió en una campaña masiva en Change.org, donde logré reunir más de 42,000 firmas en solo 45 días con la ayuda de Javier, jefe de prensa de Change.org en esa epoca. Este viaje fue una auténtica locura, lleno de noches sin dormir y entrevistas con medios de comunicación de todo el mundo, incluido el New York Times. Pero lo logré. Y hoy, cuento esta historia con orgullo a mi hijo, porque refleja no solo la lucha por su nombre, sino también la lucha interna que he enfrentado debido al trastorno límite de la personalidad (TLP).

El Origen del Nombre

La elección del nombre "Lobo" no fue arbitraria. Para mí, simbolizaba fuerza, independencia y conexión con la naturaleza. Desde pequeño, siempre he sentido una profunda admiración por los lobos; son criaturas sociales que viven en manadas y cuidan de sus seres queridos. En un mundo donde a menudo nos sentimos solos o desconectados, quería que mi hijo llevara un nombre que le recordara siempre su fortaleza interior y su capacidad para formar conexiones significativas.

Sin embargo, no todos compartían mi visión. La madre de mi hijo tenía otras ideas sobre cómo debería llamarse. Esta diferencia de opinión se convirtió rápidamente en un punto de conflicto entre nosotros. A medida que discutíamos sobre el nombre, me di cuenta de que esto iba más allá de una simple preferencia; era una cuestión de identidad y legado.

La Decisión de Actuar

Después de muchas discusiones infructuosas y frustraciones crecientes, decidí que era hora de actuar. No podía quedarme sentado mientras sentía que algo tan importante como el nombre de mi hijo estaba siendo decidido sin tener en cuenta mis sentimientos y deseos. Así fue como nació la idea de crear una campaña en Change.org.

Al principio, dudé si realmente podría hacer algo al respecto. ¿Quién soy yo para desafiar las normas establecidas? Pero luego recordé algo fundamental: si creía firmemente en algo y tenía razón, debía luchar por ello. Así es como funciona el TLP; aunque puede ser difícil manejar mis emociones a veces, también me ha enseñado a ser apasionado y persistente cuando creo en algo.

Lanzando la Campaña

Con determinación renovada, creé la campaña titulada "Lobo Javierre: Un Nombre con Significado". En ella explicaba por qué elegí ese nombre y lo que significaba para mí y para nuestra familia. Hice hincapié en la importancia del nombre como parte integral de la identidad personal.

Para mi sorpresa, la respuesta fue abrumadora desde el principio. Compartí el enlace a través de mis redes sociales y pedí a amigos y familiares que lo difundieran. En cuestión de horas comenzaron a llegar las primeras firmas. Cada notificación era un pequeño impulso emocional; cada firma representaba a alguien que apoyaba mi causa.

La Locura Comienza

A medida que pasaban los días, la campaña comenzó a ganar tracción más allá de lo que jamás había imaginado. Las redes sociales se llenaron de mensajes solidarios; personas desconocidas comenzaron a compartir sus propias historias sobre nombres significativos y luchas similares por sus hijos.

Fue entonces cuando decidí contactar a algunos medios locales para ver si estaban interesados en cubrir nuestra historia. Para mi asombro, varios periódicos locales aceptaron entrevistarme. Las entrevistas fueron emocionantes pero también agotadoras; cada conversación requería energía emocional y mental.

En menos de una semana desde el lanzamiento oficial de la campaña, ya había sido entrevistado por varios medios locales e incluso algunos nacionales. La historia comenzó a resonar con muchas personas; parecía tocar una fibra sensible sobre cómo los nombres pueden influir en nuestras identidades.

Entrevistas Internacionales

A medida que la campaña continuó creciendo, los medios internacionales comenzaron a interesarse también. Recibí solicitudes para entrevistas desde lugares tan lejanos como Australia e Inglaterra. Una mañana recibí un correo electrónico del New York Times solicitando una entrevista telefónica.

No podía creerlo; estaba hablando con uno de los periódicos más prestigiosos del mundo sobre el nombre de mi hijo. Durante esa conversación telefónica, compartí mis pensamientos sobre el significado detrás del nombre "Lobo" y cómo representa tanto fuerza como vulnerabilidad.

La periodista fue increíblemente comprensiva y empática; entendió perfectamente lo importante que era este tema para mí. Cuando vi el artículo publicado unos días después con titulares llamativos sobre nuestra historia, sentí una mezcla abrumadora de orgullo y gratitud.

La Reacción Pública

Con cada nuevo artículo publicado o entrevista realizada, las firmas seguían aumentando exponencialmente. En 45 días logré reunir más de 42,000 firmas; cada firma era un testimonio del apoyo incondicional hacia nuestra causa.

Recibí mensajes conmovedores de padres alrededor del mundo compartiendo sus propias luchas relacionadas con los nombres o las decisiones parentales difíciles. Algunos incluso mencionaron cómo habían enfrentado situaciones similares donde sentían que su voz no era escuchada.

Este apoyo colectivo me dio fuerzas adicionales para seguir adelante; sabía que estaba haciendo algo significativo no solo por mí mismo sino también por otros padres enfrentando desafíos similares.

La Culminación: Presentando las Firmas

Finalmente llegó el día en que presentaría las firmas recolectadas ante las autoridades pertinentes para formalizar nuestro deseo sobre el nombre del bebé. Era un momento crucial; sentía mariposas en el estómago mientras me preparaba para hablar ante ellos.

Cuando llegué al lugar designado con todas las firmas impresas frente a mí —una montaña tangible del apoyo recibido— , respiré hondo antes comenzar mi discurso . Hablé desde el corazón acerca del significado detrás del nombre “Lobo” , enfatizando cómo representa tanto fuerza como amor familiar .

El ambiente estaba cargado emocionalmente ; pude ver algunas miradas comprensivas entre quienes escuchaban atentamente . Después terminar , recibí aplausos sinceros ; eso me hizo sentir validado .

Reflexiones Personales

Mirando hacia atrás ahora , puedo decir sin duda alguna : esta experiencia ha sido transformadora . No solo gané una batalla significativa por el nombre de mi hijo , sino también aprendí mucho sobre mí mismo durante todo este proceso .

Desde dejar atrás hábitos destructivos hasta enfrentar mis miedos internos relacionados con TLP , cada paso dado ha contribuido enormemente hacia crecimiento personal . He aprendido a controlar mejor mis reacciones emocionales ; ya no salto ante cualquier provocación externa .

Ahora entiendo mejor cómo manejar situaciones difíciles sin perderme completamente dentro ellas . Esto es especialmente importante cuando se trata ser padre ; quiero ser un modelo positivo para Lobo mientras navega su propio camino .

Contándole a Mi Hijo

Hoy cuento esta historia con orgullo a mi hijo Lobo Javierre . Le hablo acerca del poder detrás su nombre ; le explico cómo representa tanto lucha como triunfo . Quiero enseñarle desde temprana edad acerca importancia defender aquello creemos justo , incluso cuando parece imposible .

Le digo : “Mira lo lejos que hemos llegado juntos ; nunca permitas que nadie te diga quién eres o qué deberías ser”. Esta lección es fundamental no solo porque refleja nuestra historia familiar sino también porque encapsula todo lo aprendido durante estos años difíciles .

Conclusión: Un Legado Duradero

La lucha por nombrar a mi hijo Lobo Javierre ha sido mucho más que simplemente elegir un nombre ; ha sido un viaje lleno desafíos personales profundos . A través esta experiencia he encontrado voz propia nuevamente , aprendiendo valorar tanto mis emociones como convicciones internas .

Hoy miro hacia futuro sintiéndome esperanzado ; sé ahora cuánto puedo lograr cuando realmente creo algo merece ser defendido . Esta historia será parte legado duradero dejado atrás —un recordatorio constante acerca poder perseverancia frente adversidades .

Así es como gané no solo una campaña exitosa sino también reconexión conmigo mismo , convirtiéndome mejor padre mientras continúo navegando aguas inciertas vida diaria .

Tratando de explicar como funciona el cerebro de un paciente TLP y como es su lucha constante por no liarse con sus pensamientos.

El trastorno límite de la personalidad (TLP) puede compararse con un termostato roto, donde las emociones, impulsos y comportamientos no se pueden regular de manera efectiva, lo que genera una sensación constante de caos interno. Un termostato, en condiciones normales, actúa como un regulador que mantiene una temperatura estable dentro de un entorno. Del mismo modo, las personas suelen tener mecanismos emocionales internos que les permiten gestionar sus reacciones, regulando sus respuestas a situaciones y manteniendo cierto equilibrio en sus vidas. Sin embargo, en el caso de quienes padecen TLP, esa capacidad de regulación está gravemente alterada.

Imagina un termostato que, en lugar de mantener una temperatura constante, fluctúa descontroladamente, pasando de un extremo a otro sin poder estabilizarse. Este es el reflejo de cómo alguien con TLP puede experimentar emociones intensas y fluctuantes. Un minuto pueden sentirse eufóricos y al siguiente, sumidos en una profunda desesperación. Las emociones son desbordantes y no hay una capacidad interna de frenar o "bajar" la intensidad, lo que provoca una constante sensación de inestabilidad emocional.

La impulsividad es otro componente clave del TLP, y puede compararse con un termostato que, en lugar de actuar en función de las circunstancias, responde de manera errática. Las personas con TLP suelen actuar sin pensar, tomando decisiones precipitadas que pueden ser perjudiciales para su bienestar. Esto se refleja en comportamientos como el consumo de sustancias, la promiscuidad, el gasto excesivo o las autolesiones. De la misma manera que un termostato roto puede llevar a un entorno excesivamente frío o caliente, la impulsividad genera un ambiente emocional impredecible que resulta difícil de manejar.

Además, el trastorno límite de la personalidad a menudo está relacionado con problemas de adicción. Al igual que el termostato roto no puede regular la temperatura, las personas con TLP pueden recurrir a mecanismos externos, como las drogas o el alcohol, para intentar manejar la incomodidad de sus emociones extremas. Sin embargo, este comportamiento solo agrava el problema, ya que el intento de autoconciliación a través de las adicciones no hace más que empeorar el desajuste emocional, creando un círculo vicioso de dependencia y sufrimiento.

Otro aspecto importante es la dificultad para mantener relaciones interpersonales estables. Al igual que un termostato roto puede generar un ambiente incómodo para las personas en un espacio, las personas con TLP a menudo tienen dificultades para regular sus relaciones. Pueden alternar entre idealizar y devaluar a los demás, lo que genera una constante montaña rusa emocional tanto para ellos como para quienes los rodean. Este patrón de relaciones inestables y conflictivas refuerza el sentimiento de inseguridad y desesperanza.

En resumen, el trastorno límite de la personalidad es como un termostato roto que no puede regular las emociones, la impulsividad y los comportamientos, creando un ambiente emocionalmente caótico y doloroso para quienes lo experimentan. La incapacidad para mantener un equilibrio emocional y una respuesta adecuada a las situaciones cotidianas lleva a una sensación de descontrol constante, similar a vivir en un entorno donde la temperatura fluctúa de manera errática e impredecible. Este desajuste interno puede afectar gravemente la vida de la persona, limitando su capacidad para formar relaciones saludables y vivir de manera plena y equilibrada.

Gracias a este blog, he encontrado un espacio donde compartir mis experiencias. Me siento comprendido y motivado a buscar ayuda. ¡Es un alivio saber que no estoy solo!

Carlos M.

Black tiles with white letters spell out 'MENTAL HEALTH MATTERS' on a textured gray stone surface.
Black tiles with white letters spell out 'MENTAL HEALTH MATTERS' on a textured gray stone surface.

50 años

Vivir con TLP y no morir en el intento, pero casi...

Soy Ignacio Javierre, un hombre de 51 años, padre soltero con custodia compartida al 50%;

Diagnosticado con Trastorno límite de la personalidad, EPOC gold3, Pérdida de audición severa y discapacidad del 68%

Busco compartir experiencias y ayudar a otros a enfrentarse a la vida con alegría mientras cuido de mí, de mi hijo, y le educo en valores de respeto amor e igualdad. Sin violencia, en paz y armonía.

Desde los 12 años, y probablemente debido a la normalización por parte de mis padres del consumo del alcohol y tabaco en mi casa, yo mismo comencé a beber a escondidas, y a robar algún cigarrillo Habanos a mi padre que solía romperme el pecho pero me hacía sentir más mayor y más "respetable" a la vez que llamaba la atención.

A los 14 ya estaba bebiendo grandes cantidades de cerveza, licores de alta graduación, y empecé a tontear de manera habitual con el cannabis y el LSD.

Hasta que sobre los 16 años llegue al Spitz, Éxtasis, drogas de farmacia, cocaína, etc., etc...

Con menos de 18 años ya había probado todo lo disponible en el mercado y de la mayoría era usuario, importador vendedor, experimentador.... Un Yonki.

Y desde entonces fueron más de 35 años sin dejar de beber grandes cantidades de alcohol, de fumar cannabis y consumir cocaína de forma cotidiana, consumo esporádico de otras sustancias, compras compulsivas, atracones de comida, ludopatía, sexo sin protección...

Hasta hace 3 años controlaba el termostato de mi cerebro con sustancias sin receta, eso hacía que la maquina no se recalentara.

Desde hace tres años soy yo a pelo. Un día toqué fondo y como dice mi buen amigo Donald, una vez que estás ahí, solo hay un camino...

Deje de beber en el verano de 2.022 y también de fumar en 2.023 y ahora con la ayuda de la farmacología, quien lleva las riendas de mi vida soy yo, y no el trastorno. También paso controles terapéuticos exhaustivos de frecuencia semanal, ajustes de la medicación, terapias grupales, individuales, pruebas neurológicas, psicólogos, psiquiatra...

Y por supuesto con Lobo, quien es mi amuleto salvador y por quien decidí dar un cambio de 180º a mi vida y mantenerme sobrio y sereno.

Nadie antes había podido conseguirlo, ni yo mismo con todas mis ganas, porque no sabía. Nunca supe querer nada ni nadie porque yo no me quería, y todas las personas que se me acercaban también tenían sus taras, y bastante pronunciadas.

Pero Lobo no. Lobo es puro, y su amor también lo es.

Los primeros años de su vida por desgracia no fueron como yo hubiera querido, pero creo que fueron como tenían que ser para llegar a donde estamos llegando. -

Y a disfrutarlos como lo estamos haciendo

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